Al cumplirse 56 años del Infausto acontecimiento ocurrido el 28 de abril de 1965 contra la Nación y Pueblo Dominicano, un nutrido grupo de hombres y mujeres patriotas, se dieron cita en lugares sagrados para la Repùblica, como lo son El Altar de la Patria y Cementerio de la Av. Independencia, respectivamente.

Sendas ofrendas florales fueron deposita en las tumbas donde descansan los restos inmortales de Illio Capoci, Juan Miguel Román, Jaque Viaux y Euclides Morillo. En la sepultura donde descansan sus restos fueron depositadas coronas de flores, lo mismo que en la fosa común donde reposan los restos de civiles y combatientes anónimos que cayeron durante la guerra o insurrección popular del 1965.
Del cementerio los nombrados acompañados de una nutrida representación de ex combatientes y miembros de partidos de izquierda, se dirigieron al Altar de la Patria donde se depositó otra ofrenda floral en desagravio a los fundadores de la Patria por la vll ocupación yanquis de nuestro territorio.
Aquí Habló Juan pablo Ortega y el periodista revolucionario Miguel Aponte Viguera leyó el poema ¨Santo Domingo Vertical ¨ del poeta Abelardo Vicioso.

El periodista Miguel Aponte Viguera en el momento de declamar el poema » Santo Domingo Vertical´´, del poeta revolucionario Abelardo Vicioso que repite insistentemente el mandato del pueblo en arma que le dice: !Yanqui vuelve a tu casa, vuelve a tu casa yanqui!
Ciudad que ha sido armada para ganar la gloria,
Santo Domingo, digna fortaleza del alba,
hoy moran en mi alma todas las alegrías
al presenciar tus calles con movidas y claras,
el rostro erguido y bronca la voz de tu trinchera:
¡Yanqui, vuelve a tu casa!
Sé que para engullirte como sardina rondan
treinta y seis tiburones en tu ardiente ensenada,
celosos de los hombres que construyen la vida
y nunca se arrodillan en sus grandes batallas.
y tú estarás de pie, diciendo al enemigo:
¡Yanqui, vuelve a tu casa!
El cinturón de fuego que tu vientre comprime
puede volver cenizas la vastedad del mapa.
Pero quiere decirte, guardiana de mis sueños,
que todos sus infiernos y sus hombres se apagan
en el océano inmenso de los pueblos que gritan:
¡Yanqui, vuelve a tu casa!
Quiero que sepas hoy que te amo más que nunca,
corazón de la vida que prefiere la Patria.
Que a todos los amores sembrados en el mundo
quito una flor y es poco para cantar tu hazaña.
¡Yanqui, vuelve a tu casa!
Tú estarás para siempre dibujada en mi pecho
de marinero en ruta tras la estrella del alba.
Tu voz será la música de mis noches de fiesta.
Y cuando en algún sitio la luna esté apagada,
desplegando mis velas repetiré contigo:
¡Yanqui, vuelve a tu casa!
¡Vuelve a tu casa yanqui! Santo Domingo tiene
más ganas de morirse que de verse a tus plantas.
Y si violas sus calles combatientes y puras
la tendrás en cenizas, pero nunca entregada.
En medio del silencio de la ciudad hundida
gritarán los escombros. ¡Yanqui, vuelve a tu casa!